El Método de Grupo en Trabajo Social: consideraciones teóricas, metodológicas, técnico-operativas y éticas indispensables para su implementación
MSW. Carmen María Castillo Porras
Resumen
El presente artículo está dirigido a profesionales en Trabajo Social de forma particular, y a personas de otras disciplinas que trabajan con grupos en la atención de diversas situaciones sociales, ya sea de naturaleza socioeducativa o socioterapéutica. Tiene como objetivos compartir elementos teórico-prácticos sobre la aplicación del método de grupo; así como motivar al trabajo con grupos, de cara al enfrentamiento de las secuelas psico-sociales que deja la pandemia generada por el COVID19.
Descriptores: Trabajo Social, método de grupo, métodos clásicos, trabajo con grupos.
Introducción
La profesión de Trabajo Social surgió en Estados Unidos en el marco de la transición del siglo XIX al siglo XX, con el propósito de convertirse en una disciplina científica que brindara respuesta a los problemas sociales que presentaba la sociedad en ese período, mediante la aplicación de procedimientos y técnicas para atender los efectos derivados del desarrollo capitalista. Cabe recordar que el contexto del siglo XIX se caracterizó por el desarrollo industrial, la incorporación de fuerza de trabajo asalariada a la industria y sus procesos productivos, en condiciones de trabajo inadecuadas, con largas jornadas laborales, etc. Lo anterior dio lugar al surgimiento del movimiento obrero; desde el Estado se buscó responder a la "cuestión obrera" mediante procesos de reforma social.
Fue en 1898 y en dicho contexto social, cuando la pionera Mary Richmond fundó la Escuela de Filantropía en Nueva York que más tarde (1918) pasó a llamarse Escuela de Trabajo Social. Richmond sistematizó la práctica profesional y le dio una fundamentación teórica. Propuso un método para el diagnóstico y tratamiento de los "casos sociales". De esta forma, la profesión se diferenció de la asistencia social voluntaria. Se tiene entonces el primer método de intervención conocido como "método de caso".
Los métodos que surgieron años después se denominan: método de grupo y método de comunidad. Los tres en su conjunto (caso, grupo y comunidad) constituyen lo que en la literatura se llama Trabajo Social clásico. Es decir, es el período inicial en el desarrollo de la profesión y de sus propuestas metodológicas.
En un trabajo de investigación realizado en Colombia por Barreto, Benavides, Garavito y Gordillo (2003) se llevó a cabo una revisión de fuentes bibliográficas disponibles en las bibliotecas universitarias de dicho país, encontrándose las siguientes tendencias en materia de publicación de libros vinculados con los métodos clásicos de Trabajo Social:
Para efectos de la organización y clasificación de la información se toman las propuestas metodológicas de caso, grupo, comunidad y general de acuerdo al primer y último libro encontrado en el rastreo bibliográfico realizado en las bibliotecas de unidades académicas de Trabajo Social:
En un primer período de 26 años de 1933 a 1959, se ubica mayor acopio de libros de caso y grupo.
En un segundo lapso de 20 años es decir de 1960 a 1980 la tendencia es al aumento de caso y grupo, al igual que empieza a aparecer con fuerza comunidad y propuestas generales en primer puesto.
En un tercer y último lapso de 21 años de 1981 a 2002 se presenta una disminución en la publicación de caso y grupo, aumentan los libros sobre comunidad y general. (Pág.60).
Con base en lo anterior, se observa que los años de auge en lo que respecta a publicaciones sobre los métodos clásicos de caso y grupo se ubican entre 1933 y 1980, según la información encontrada por el grupo investigador.
Dado el propósito del presente artículo, a continuación, se amplía información sobre el método de grupo, también conocido como Servicio Social de Grupo (en adelante SSG).
Desarrollo del Método de Grupo
Kisnerman (1986) describe con detalle el desarrollo histórico del método de grupo; organiza sus antecedentes en dos períodos: el precientífico y el científico. En el primero, el grupo se orientaba a fines recreativos. Menciona el autor, los aportes de Slavson, de Lieberman y de Newstetter, como los primeros en intentar teorizar acerca del trabajo con grupos.
En el segundo momento, señala la figura de dos autores relevantes en el tema: Grace Longwell Coyle quien fue el primer autor de un libro de Servicio Social de Grupo. Indica Kisnerman: "A partir de él, 1925, el SSG deja de ser puramente recreativo, para pasar a ocuparse también de lo terapéutico." (Pág. 24). Es decir, el método empieza a tener contenido teórico, siendo el Psicoanálisis uno de ellos.
Gisela Konopka es la segunda autora que Kisnerman destaca, señalando que es a partir de sus aportes que el SSG alcanza su nivel más alto.
El autor describe cómo el método fue formalizado dentro de la profesión de Trabajo Social:
En 1934 se realizó en Kansas City, Estados Unidos, la Primera Conferencia Nacional de Servicio Social; su objetivo fue el estudio del nuevo método, cuya aceptación universal se concretiza en 1936 en la conferencia de Montreal. En 1945, el Primer Congreso Panamericano de Servicio Social, reunido en Santiago de Chile, invitó a todos los países latinoamericanos a incorporar el método en los programas de las escuelas de servicio social. En nuestro país, esto recién se produce en 1959 en el Instituto de Servicio Social de Buenos Aires. La Escuela de Asistentes Sociales de la Universidad de Buenos Aires recién lo incorpora en 1968. (Kisnerman, 1986:24).
Nótese como a partir de 1945, las escuelas de Trabajo Social o Servicio Social podían incluir dentro de su currículo, el estudio del método de grupo.
Rossell (1998) también recupera elementos históricos sobre el desarrollo del método de grupo en América Latina, particularmente en Argentina. Indica lo siguiente:
En los países de América Latina y en especial Argentina, el trabajo social de grupo entronca con la corriente de pensamiento y producción científica que inició E. Pichón Riviere y con la Escuela de Psiquiatría y Psicoanálisis de la Universidad de Buenos Aires, y de autores como J.Bleger, L.Grinberg, G.Cirigliano, A.Villaverde y N.Kisnerman, entre otros muchos, que hicieron grandes aportaciones al conocimiento de la terapia y del trabajo social de grupo. (Pág.110).
En los antecedentes históricos se observan las tendencias teóricas y de finalidad que sustentan el trabajo con grupos, algunos en la línea socio-educativa, recreativa; y otros, más orientados a lo terapéutico, con enfoques como el psicoanálisis, tal y como se menciona en la cita anterior. Barreto et al (2003) con base en Resnick, presentan la siguiente cronología en el desarrollo histórico del método de grupo:
Según Rosa Resnick, se puede señalar cinco grandes etapas (hasta los años setenta) de la evolución del método de grupo:
oDecenio de los veinte: después de varias décadas de trabajo con grupos, en estos años se realizan los primeros estudios sobre este modo de intervención social.
- Decenio de los treinta: el trabajo social de grupo es aceptado como método específico y autónomo de la profesión, básicamente como respuesta a los problemas de soledad derivados del deterioro del tejido social producido por el rápido crecimiento industrial y el proceso de urbanización.
- Decenio de los cuarenta: período de síntesis en el que el trabajo social de grupo adquiere un perfil propio. Se publican cuatro obras clásicas sobre el tema; todas ellas en 1949: Social Group Work Practice de Gertrude Wilson y Gladis Ryland; Social Group Work de Harleight Trecker; Group Work with American Youth de Grace Coyle; Therapeutic Group Work with Children de Gisela Konopka.
- Decenio de los cincuenta: expansión de la práctica en varias direcciones.
- Década de los sesenta: aparece el trabajo social de grupo como modelo de tratamiento. Uno de los hechos más significativos ha sido la elaboración de un "Marco de referencia para el trabajo social de grupos", elaborado por el National Group Work Practice, Comité de la NASW de Estados Unidos.
- Década de los setenta a los noventa: si consideramos la evolución del trabajo social de grupos a partir de los años setenta, en líneas generales podría afirmarse que este método de trabajo social se ha consolidado con una gran variedad de propósitos. (Pág.211).
Estas etapas en el desarrollo histórico del método de grupo coinciden con las décadas de mayor número de publicaciones en el mismo campo, mencionadas anteriormente.
Es importante aclarar, que los métodos del Trabajo Social clásico estuvieron permeados por enfoques teóricos y corrientes epistemológicas propias de su época, de su contexto histórico; por lo cual en un principio se orientaban a la "adaptación" y al "ajuste" de los seres humanos a la realidad social del momento, visiones que fueron cuestionadas después en América Latina desde el proceso de Reconceptualización, ocurrido en los años setenta.
Producto de este proceso de reflexión teórica y metodológica realizada con respecto a las influencias recibidas desde el exterior en el campo del Trabajo Social, en cada país (o en algunos) se efectuaron los cambios en las mallas curriculares que se consideraron pertinentes a fin de propiciar un estudio crítico de la profesión. De tal forma, que en algunas escuelas de Trabajo Social y/o Servicio Social según corresponda, se suspendió el estudio fragmentado de los métodos clásicos antes citados. A pesar de las discusiones y medidas tomadas en el ámbito académico, lo cierto es, que en las instituciones se continuó implementado los métodos de caso, grupo y comunidad, según lo venían haciendo.
Refiere Ruiz (1991) que: "Los primeros esfuerzos grupales orientados hacia la vertiente reconceptualizadora en los años sesenta y setenta se concentran en los proyectos de desarrollo de la comunidad o desarrollo comunitario." (pág.151). Cabe recordar que este período histórico coincide con la implementación del modelo desarrollista en América Latina.
Con respecto al ámbito académico, en el caso específico de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica (Sede Rodrigo Facio), la enseñanza formal del método de grupo se inició en 1954, cuando en el plan de estudio se incluyó un curso denominado Métodos de Servicio Social, pero no fue sino hasta 1965 cuando se procedió al estudio de los métodos clásicos por separado. Dicho estudio fue suspendido con la aprobación de la nueva malla curricular de 1973, en la cual se da énfasis al Método Básico. Este período histórico coincide con el proceso de Reconceptualización que ocurrió en América Latina. La enseñanza del método de grupo se retomó en 1983. La Escuela de Trabajo Social en mención ha implementado nuevos planes de estudio con sus reformas respectivas, con el propósito de mantener actualizada la formación académica y profesional que se brinda al estudiantado. Los procesos de intervención social no se enseñan desde la fragmentación metodológica, sino desde ámbitos más integrales como la asistencia social, lo socio-educativo promocional, lo terapéutico y lo gerencial. No se omite el estudio histórico del Trabajo Social clásico como parte de los fundamentos que caracterizan a la profesión.
Conceptualización
Los conceptos sobre el método de grupo que aportan diversos autores y que Kisnerman recupera en su trabajo (1986) reflejan la tendencia del funcionalismo al ajuste y a la adaptación de las personas al sistema (visión predominante en la época), el cual se percibe como estático e inamovible, desconociendo el carácter histórico y dinámico de la realidad, así como el papel protagónico de las personas como actores sociales.
Dentro de los conceptos descritos, se recupera el de Slavson quien afirma que "es un método de educación social en el que los miembros del grupo son educandos, educadores y material didáctico, actuando en un proceso de interrelación." (Kisnerman, 1986:35).
Por su parte Sierra (1963) afirma que "el objeto de este método es aprovechar de una característica humana como es la necesidad básica de pertenencia y de relación social, para mejorar las actitudes de los individuos y enriquecer su participación en las actividades de grupos organizados." (Pág.37).
Las definiciones, objetivos y principios establecidos por autores clásicos para el Servicio Social de Grupo deben ser revisadas a la luz del contexto actual, pues el conocimiento en general, las Ciencias Sociales y la profesión de Trabajo Social en particular, han avanzado en su desarrollo; cuentan en la actualidad con mayores insumos teóricos, epistemológicos y metodológicos para el análisis y comprensión de la realidad social.
Con base en una revisión conceptual, Jiménez (2018) realiza la siguiente síntesis:
En estas propuestas que sustentan la intervención grupal desde el trabajo social, se logra extraer, de sus ideas centrales, la importancia de construir la vida grupal entre los participantes por medio de la interacción constante, teniendo claro que en ella se presentan conflictos que deben ser gestionados, pero que, a la vez, permiten consolidar al grupo; además, deja entredicho que estos acompañamientos se desarrollan, por lo general, a partir de realidades sociales complejas, por las cuales ellos atraviesan, lo cual le sugiere al profesional orientar al grupo y analizarlo a través de teorías y experiencias que conlleven al cumplimiento de objetivos específicos, y concluyan en las transformaciones individuales y sociales de los sujetos. (Pág.92).
En la cita anterior se captan elementos que corresponden al proceso de grupo en sí, y a la labor de la persona profesional a cargo del mismo. Estos aspectos serán abordados más adelante en el presente documento.
Estudio del método de grupo desde la Universidad de Costa Rica
En 1991 se inició en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica una investigación titulada Historia, evolución, aplicación y resultados del método Trabajo Social de grupo en Costa Rica (período 1991-1993), y de la cual se publicaron dos artículos titulados: Aplicación del Método de grupo en Trabajo Social (1994) y Elementos teóricos-metodológicos a considerar en el trabajo con grupos (1996), ambos redactados por Carmen Castillo, docente de dicha unidad académica.
Algunos objetivos propuestos que orientaron esta investigación fueron:
-Investigar sobre la situación del Método Trabajo Social de Grupo en las instituciones del país.
-Identificar las principales áreas de intervención en que éste método se utiliza.
-Determinar cuáles son los tipos de grupo que más se practican en Costa Rica.
-Conocer el papel del trabajador y trabajadora social en la aplicación del método de grupo.
-Contribuir a la reflexión en el gremio en torno a la práctica de dicho método.
Como parte del trabajo de campo se entrevistó a 51 profesionales de Trabajo Social que aplicaban el método de grupo dentro de su intervención social. Estas personas laboraban para las siguientes instituciones: Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), Dirección Nacional de Desarrollo y Familia, Proyecto Juvenil "Drogas NO", Vivienda Coop, Fundación Ciudadelas de Libertad de Radio Fundación, Universidad Nacional, Universidad de Costa Rica, Banco Central, Banco Anglo Costarricense, Ministerio de Salud, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Instituto Nacional de Seguros (INS), Asociación de Desarrollo Económico Laboral Femenino Integral (ASODELFI), Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
Cabe aclarar que algunas de estas instituciones y/o proyectos ya no existen en la actualidad (como el Banco Anglo Costarricense) o bien, han dado lugar al surgimiento de una nueva institución.
Como se puede observar, dentro de los ámbitos de acción se identifican los siguientes: salud, seguridad social, asistencia social, vivienda, educación formal y no formal, farmacodependencia, familias, protección a la niñez y la adolescencia, entre otros.
A continuación, se describe con mayor detalle algunas de las áreas:
a)Salud
-Atención psico-social a pacientes y a familiares de éstos
-Prevención de enfermedades infecto-contagiosas
-Capacitación a comités de salud
-Alcoholismo y farmacodependencia
-Atención en salud mental
-Atención a madres y padres sobre el desarrollo y crianza de niñas y niños
-Psiquiatría infantil, problemas de aprendizaje
-Terapia de familia
-Atención al abuso infantil
-Violencia intrafamiliar
-Atención a personas adultas mayores
b)Educación
-Orientación académica
-Residencias estudiantiles
-Educación de adultos (as)
-Recreación
-Educación y rehabilitación a personas menores de edad
-Capacitación en aspectos organizacionales
-Desarrollo de la comunidad (o espacios locales como también se le denomina)
-Capacitación para el voluntariado
-Atención integral a la persona adolescente
c)Laboral
-Capacitación para la producción y la organización comunal
-Capacitación para la formación de microempresas
-Terapia ocupacional
-Capacitación a personas menores de edad
-Recursos humanos (clima organizacional, situación laboral y relaciones interpersonales)
d)Vivienda y alimentación
-Programas de compensación social (bono alimentario y bono de la vivienda)
-Elaboración de estudios socio-económicos
-Préstamos para cubrir necesidades básicas
-Capacitación para la entrega de la compensación social
Con base en los resultados obtenidos en la investigación efectuada, el tipo de grupo que más se practicaba en Trabajo Social en Costa Rica era el grupo socioeducativo y en menor medida, el grupo socioterapéutico.
Rossell (1998) define estas tipologías e ilustra con algunos ejemplos, de la siguiente manera:
Grupos socioeducativos: se dirigen al desarrollo, adquisición de hábitos, comportamientos y funciones, que por distintas causas, no forman parte del repertorio comportamental de los miembros del grupo. La adquisición de estas capacidades, llamadas también habilidades, puede representar un progreso personal, o bien evitar un proceso de deterioro y marginación social: Grupos para la integración laboral y social, grupos de refugiados que han sufrido muchas pérdidas, grupos con personas que deben abandonar una institución penitenciaria u hospitalaria.
Grupos socioterapéuticos: se utilizan desde el trabajo social para tratar aquellos aspectos que conflictúan y producen sufrimiento a las personas, o les impide desarrollar sus capacidades, afectos, relaciones y responsabilidades sociales. La intervención socioterapéutica va dirigida a mejorar las vivencias y la participación social de una persona, lo cual implica un desarrollo de las capacidades personales para enfrentarse consigo mismo y con el entorno: grupos de padres de hijos que presentan problemas diversos, grupos de mujeres para aumentar su autoestima e independencia, grupos de personas que a causa de una enfermedad tienen que modificar sus hábitos de vida, etc. (Pág.112).
Dado el tiempo transcurrido, es importante llevar a cabo nuevas investigaciones para ahondar en el conocimiento del quehacer profesional en Trabajo Social; en la vigencia de las áreas antes descritas, así como la identificación de los nuevos ámbitos de acción que hayan surgido en los últimos años. Se debe investigar cómo la coyuntura actual -que viene a ser un "parteaguas"- suscitada por la pandemia generada por el COVID19, así como por la profundización de la pobreza, el desempleo, la desigualdad social entre otros, que ya se venía dando en la región, han incidido en Trabajo Social, concretamente en sus procesos de atención social y en los postulados teóricos, metodológicos, éticos, y técnico-operativos de los cuales se parte. Es preciso profundizar en este conocimiento y valorar si el método de grupo se mantiene vigente, en qué áreas es utilizado, con qué tipo de población y qué resultados se han identificado.
Parra (2017) propone el uso de la metodología cualitativa para indagar en estos aspectos:
(…)el formato cualitativo adoptado debería ayudar: a) a la comprensión de los significados que las trabajadoras sociales dan a sus intervenciones y experiencias en trabajo social de grupo; b) a la comprensión de los contextos particulares y de los elementos que influencian dichos contextos; c) a la identificación de sucesos o situaciones no previstas que puedan ampliar la teoría; d) a la comprensión de los procesos en los que las acciones se producen y, e) al desarrollo de explicaciones analíticas de las prácticas de trabajo social de grupo, teniendo en cuenta la singularidad local y el contexto. (Pág.156).
Como observación adicional, cabe reconocer que las mallas curriculares varían de un país a otro, e incluso dentro de un mismo país, encontrándose diferencias sustanciales entre universidades públicas y privadas. En ese sentido, no se puede partir de una homogeneidad teórica, epistemológica y metódica en la profesión, pero la institucionalidad es el punto de encuentro donde convergen personas con diferentes formaciones, aunque con objetivos comunes como es trabajar en torno a la justicia social, el respeto a los derechos humanos, entre otras consideraciones éticas. De ahí la importancia de fomentar proyectos de investigación en Trabajo Social, para conocer qué ocurre en la realidad y cómo desde la academia, o bien, desde los programas de educación permanente que impulsan los colegios profesionales, se puede fortalecer la formación y el ejercicio profesional.
Actividades para la conformación y trabajo con grupos
Ante la consulta realizada a las personas entrevistadas en el proyecto de investigación antes citado, sobre el procedimiento seguido para conformar y trabajar con los grupos, indicaron el siguiente proceso:
-Motivación
-Selección de personas miembros
-Formación del grupo
-Establecimiento del contrato (las normas del grupo)
-Diagnóstico de necesidades
-Elaboración del plan de trabajo
-Ejecución del plan
-Consolidación y crecimiento
-Declinación (se cierra o se deja al grupo solo con su propia dinámica)
Como se puede observar, hay una etapa inicial para conformar al grupo; una etapa de desarrollo, la cual se basa en un plan de trabajo construido a partir del diagnóstico de necesidades; y la etapa final (declinación) estaría dada por la conclusión de los objetivos establecidos en dicho plan, en cuyo caso, el grupo si lo desea puede continuar por cuenta propia.
Sobre este tipo de proceso, Jiménez (2018) fundamentada en su trabajo de investigación sintetiza:
Se evidenció a partir del rastreo bibliográfico que, si bien la mayoría de las etapas o fases grupales son enunciadas de forma diferente, en general se pueden agrupar y presentar de la siguiente manera: estudio preliminar del contexto y del grupo o diagnóstico; diseño o planificación de la propuesta o programa grupal; ejecución o intervención con el grupo, donde se identifican fases intermedias en el desarrollo de la intervención como el inicio o conocimiento entre las personas del grupo y el profesional, cuya interacción entre los sujetos puede conllevar conflictos, la consolidación del grupo, y la finalización de los encuentros grupales; evaluación del proceso, invitando a las y los profesionales a desarrollar constantemente seguimientos durante todas las fases; y sistematización e informes del acompañamiento grupal. (Pág.109).
Entre las actividades que las personas entrevistadas indicaron efectuar se encuentran:
-Coordinación
-Realización de reuniones
-Sesiones de capacitación sobre diversos temas
-Orientación
-Asesoría
-Seguimiento
-Evaluación
Desde el punto de vista teórico, el proceso de desarrollo de un grupo transcurre a través de varias etapas. Kisnerman (1986:119-136) por ejemplo, propone las siguientes:
-Formación: El proceso de grupo comienza con la motivación para formarlo.
-Conflicto: Se expresa como oposición a valores, normas, objetivos, personalidades, etc.
-Organización: Capacidad del grupo para autodirigirse.
-Integración: El grupo llega a la madurez.
-Declinación y muerte del grupo: El trabajo de grupo se termina, porque se cumplió el objetivo propuesto, o porque ya no hay interés en continuar.
Sobre el papel de la persona profesional que trabaja con grupos
De acuerdo con la investigación realizada, el papel que desempeña la persona profesional de Trabajo Social en su labor con grupos es de facilitador/a (41%) y coordinador/a (39%) principalmente.
Beneficios identificados con la práctica del método de grupo
Con base en la consulta efectuada, las personas entrevistadas señalaron como beneficios del uso del método de grupo en la población, los siguientes:
-Adquisición de mayor conocimiento o aprendizaje
-Mayor motivación y participación
-Eleva la autoestima
-Supera depresiones
-Mayor provecho de recursos
-Formación de agentes multiplicadores de la información
-Movilización de información en menos tiempo
-Baja el estrés en las personas
-Mayor eficiencia en las organizaciones
-Permite el crecimiento
A continuación, se describen otros beneficios citados por las personas entrevistadas:
-Mayor cobertura de población
-Un acercamiento real a las necesidades comunales
-Despejar mitos
-Superar estereotipos
-Un buen impacto social
-Mejorar la salud mental de pacientes y familiares
-Mayor cumplimiento en los trabajos y tareas asignadas
-Mayor organización comunal
-Cambios en el comportamiento o conducta de la persona
-Apoyo mutuo o cohesión
-Agilidad en la solución de problemas
-Recuperación a nivel emocional
-Estabilidad de la familia
-Mayor conciencia de los problemas
-Más compromiso de la comunidad
-Mejor comunicación
-Más estabilidad
-Permite la toma de decisiones
-Permite la atención integral
En general, los beneficios señalados son positivos para las personas y para la propia institución u organización que incentiva el trabajo con grupos. Se reitera la recomendación de llevar a cabo propuestas de investigación, o bien, la sistematización de experiencias, para identificar quiénes trabajan con grupos, cómo lo hacen, fundamentación teórica que sustenta su labor, resultados obtenidos, etc.
Indica Jiménez (2018) con base en la revisión bibliográfica efectuada, algunos otros beneficios que resultan del Método Trabajo Social de Grupo (TSG):
En otra perspectiva, Teubal (2006) enuncia que desde el TSG se fortalece la autoestima, se reconocen los derechos ciudadanos, se promueven los lazos sociales, se sensibiliza frente a la aceptación de las diferencias, se aportan conocimientos específicos y se contribuye a la integración social (p. 59). De otro lado, Oliva (2014) sostiene que los objetivos del método se basan en "evitar el aislamiento, fomentar el aprendizaje y la madurez social, preparar a los miembros para las crisis o cambios vitales, resolver o aclarar problemas a nivel personal/familiar/del entorno del grupo, e influir a nivel social" (pág.98).
Cabe aclarar que, en el marco de la atención integral, las personas profesionales en Trabajo Social suelen laborar en equipos inter, multi y transdisciplinarios; lo que significa que en el trabajo con grupos pueden participar conjuntamente profesionales de Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales u otras. El tipo de intervención a realizar depende de la naturaleza del grupo y del objetivo que los reúne.
Fundamentos teóricos necesarios para el trabajo con grupos
Hasta aquí se ha descrito brevemente lo que constituye el método de grupo para la profesión de Trabajo Social; su ubicación histórica dentro del período denominado clásico, es decir, en la etapa de surgimiento y desarrollo inicial del Trabajo Social. También, se ha compartido con la persona lectora, una experiencia de investigación sobre la aplicación del método de grupo realizada en Costa Rica.
Como bien se sabe, el trabajo con grupos no es exclusivo del Trabajo Social. Tanto Kisnerman (1986) como Ruiz (1991) concuerdan en las relaciones existentes con otras disciplinas tales como la Sociología, la Psicología, la Psicología social y la Pedagogía.
Jiménez (2018) amplía sobre este tema:
El trabajo social no es el único que aborda a los grupos como objeto de intervención a partir de uno de sus métodos, de ahí que existan una diversidad de disciplinas junto con sus perspectivas desde las ciencias sociales que aportan teóricamente al análisis de la vida grupal. Al leer y examinar los documentos se identifica que el TSG se nutre de disciplinas como la antropología, la sociología, la psicología y la pedagogía para realizar análisis del espacio grupal, retomando de ellas teorías como: dinámica de grupos, sistémica, grupos operativos, de la comunicación, de conflictos, de la complejidad, el psicoanálisis, interaccionismo, funcionalismo, educación popular, pedagogía social y educación social. (Pág.101).
Señala Ruiz (1991) que para la comprensión del método de grupo se requieren "conocimientos generales sobre los grupos humanos y sus dinámicas." (pág.10).
La pregunta es: ¿cuáles conocimientos teóricos, éticos y técnicos se requieren para llevar a cabo un trabajo con grupos?
Se recomienda estudiar los siguientes contenidos en la literatura científica especializada:
-Teoría de grupo: existen diversos tipos de grupo y según su naturaleza, así serán los fundamentos teóricos que le den sustento. La primera interrogante a plantearse es: ¿para qué conformar un grupo? ¿En torno a qué objetivo, problema o necesidad? A partir de estas consideraciones se puede definir el tipo de grupo (abierto, cerrado, socioeducativo, socioterapéutico, etc), características generales del mismo, criterios de selección de sus participantes, cantidad, etc.
-Dinámica de grupo: refiere al proceso que se desarrolla dentro del grupo, las relaciones que establecen sus participantes, los roles que desempeñan, ya sean positivos o negativos, la participación, los liderazgos que puedan surgir. Se debe estar atento (a) a este proceso, pues según lo que ocurra, el grupo puede tener avances significativos, o bien, estancarse y morir sin haber cumplido el propósito para el cual se formó. Se recomienda revisar también literatura sobre teoría de roles.
Explican Burin, Karl y Levin (1998) que:
Por suerte para muchos todo grupo cambia, es dinámico, es un proceso en continuo movimiento. Para poder cambiar al grupo es importante entender no sólo a los individuos aislados, sino cómo se afectan los unos a los otros. Una de las cosas que se ha descubierto es que en toda reunión no solo hay una "agenda u orden del día" (asuntos a discutir, ideas, problemas) sino también un programa oculto, formado por el complicado mundo de las relaciones interpersonales: simpatías, antipatías, amores y odios. (pág.34, negrita y cursiva en fuente original).
Cabe recordar que la persona profesional coordinadora o facilitadora del grupo, también forma parte de la dinámica que se desarrolla dentro del mismo. La observación y la escucha son dos habilidades importantes para identificar el proceso (lo que ocurre) y el contenido (lo que se dice).
-Enfoque de de
rechos humanos: En el trabajo con personas no se puede desconocer los derechos que le son inherentes, los cuales tienen un respaldo en el marco jurídico-político de cada país, así como en convenciones y tratados internacionales.
-Política social y marco jurídico: Tal y como se mencionó, la política social y la legislación les dan sustento a los derechos humanos. Es necesario este conocimiento para exigir el cumplimiento, garantía y restitución de derechos cuando así corresponde.
-Desarrollo humano y curso de vida: El grupo se conformará según las características de sus participantes, pueden ser niñas, niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, hombres, personas adultas mayores. Comprender el curso de vida en que se encuentran es de fundamental importancia, ya que las necesidades de las personas varían según el momento de desarrollo humano que están viviendo.
-Enfoque de géneros: Es importante reconocer las diferencias de género para realizar un adecuado abordaje profesional. El respeto a la diversidad es clave en el trabajo con grupos.
-Realidad nacional: El conocimiento del contexto social, económico, político y cultural circundante, del cual provienen las personas participantes es fundamental para comprender su situación personal, familiar, comunal, etc.
-Consideraciones éticas: Cada colegio profesional cuenta con un Código de Ética; cada disciplina se caracteriza por tener principios éticos que regulan el ejercicio profesional. En ese sentido, cabe repasar estos aspectos. También, se espera que el grupo construya sus propias normas y valores éticos con los que todos y todas se comprometan a respetar, en aras de participar y colaborar de manera respetuosa y solidaria.
Jiménez (2018) resume los aportes de la Asociación para el fomento del Trabajo Social con grupos en materia ética:
Por otra parte, la Asociación para el Fomento del Trabajo Social con Grupos (2006), que es una entidad internacional, reconoce como consideraciones éticas la comprensión y uso de las mejores prácticas para reflejar la situación actual y la realización de investigaciones sobre el TSG, consentimiento informado, autodeterminación y poder del grupo, confidencialidad, apoyo al grupo a mantener los objetivos por los que se formó, apoyo a cada miembro, aclaración en procesos de toma de decisiones y selección o exclusión de miembros, y registro del grupo." (Pág.115).
Esta Asociación en su publicación titulada Estándares para la práctica del Trabajo Social con grupos, señala que dicho documento se inspira principalmente en el Código de Ética de la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales de Estados Unidos; es en la Sección I donde se describen los valores éticos y conocimientos necesarios para el ejercicio del trabajo con grupos.
-Conocimiento de técnicas para el trabajo con grupos: Las técnicas no se pueden utilizar de manera arbitraria. Estas tienen un propósito (para romper el hielo y generar un ambiente de confianza, para analizar y/ o discutir algún tema, etc.). El uso de las técnicas también depende de las características del grupo, de las personas participantes, del curso o trayecto de vida en que se ubican, etc. Como señala Jiménez (2018): "Las técnicas grupales permiten realizar trabajos intencionados, con objetivos claros, convirtiéndose, por momentos, en reflejos de la realidad para posibilitar la reflexión constante de los participantes del encuentro grupal." (Pág.111).
En relación con los conocimientos necesarios para el trabajo con grupos, explica Jiménez (2018) lo siguiente:
Finalmente, es importante resaltar que dependiendo de la temática o la realidad que se aborde en las sesiones grupales a partir de las necesidades materiales o simbólicas de los sujetos, estas serán investigadas por el o la trabajadora social para complementar su bagaje conceptual y teórico, ampliar su discurso frente a esa temática y aportar de forma clara en la construcción colectiva. Además, de manera simultánea el profesional debe trabajar en función del tema y, a la vez, en las relaciones e interacciones del grupo (pág.104).
Es decir, el proceso de intervención puede demandar más capacitación o formación teórica en la persona que funge como facilitadora del grupo.
-Papel de la persona profesional a cargo del grupo: Por lo anterior, este o esta profesional debe tener una mirada integral del proceso de trabajo que realiza; así como dar seguimiento a los elementos teóricos, metodológicos, técnicos y éticos que fundamentan su quehacer. Debe estar consciente del manejo de ciertas técnicas para el debido seguimiento del grupo. Al respecto Jiménez (2018) señala: "De forma más general se plantean técnicas como la observación y la comunicación, las cuales apoyan al profesional, a partir del uso de los sentidos, en la identificación de las relaciones y las dinámicas grupales, al reconocer los gestos, el tono de voz, las posiciones corporales y la disposición espacial entre los miembros del grupo" (pág.111) entre otros aspectos a considerar.
Se reitera la idea de que el trabajo con grupos puede ser inter, multi y transdisciplinario, según el propósito del mismo.
Registro de la información
Las personas profesionales están sometidas a la rendición de cuentas en la mayoría de instituciones públicas y privadas en las que laboran. En ese sentido, es importante llevar a cabo un registro de las acciones ejecutadas con la población que se atiende y el nivel de avance que se ha obtenido. El tipo de instrumento a utilizar varía de un lugar a otro, pueden ser expedientes, actas, crónicas, informes sociales o técnicos; el formato puede ser manual o digital.
En el trabajo con grupos también se pueden realizar pequeñas evaluaciones, orales o escritas (pueden ser anónimas éstas últimas) en un determinado momento del proceso (a la mitad por ejemplo para introducir las mejoras que se estimen pertinentes) y al final del mismo para valorar si el propósito del grupo se cumplió a cabalidad o parcialmente.
Conclusiones
En el presente documento se trató de contextualizar el surgimiento de la profesión de Trabajo Social, el desarrollo de los métodos clásicos, siendo el método de grupo el objetivo central a profundizar. Se compartió una experiencia de investigación realizada desde la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica, en torno a la aplicación del método de grupo en instituciones del país. Se destacaron los beneficios obtenidos entre otros aspectos. De igual forma, se realizó un repaso de los elementos teóricos, metodológicos, técnicos y éticos necesarios para el trabajo con grupos.
La intención final de este trabajo es motivar a las personas profesionales que trabajan con grupos y a quienes no lo han hecho pero lo están considerando, a plantearse esta posibilidad de trabajo en un momento histórico caracterizado por la pandemia mundial generada por el COVID19, que ha traído y/o profundizado problemas importantes de salud mental en personas de diferentes edades; familias afectadas por la difícil situación económica resultado de la pobreza, de la falta de empleo y de oportunidades en general; jóvenes por fuera del sistema educativo, etc. Los ejemplos de las situaciones sociales son muchos y el trabajo con grupos es una alternativa para fomentar el trabajo solidario, colaborativo, de ayuda mutua; en el marco de la escasez de recursos institucionales, y frente a un sistema que desgarra a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.
Fuentes bibliográficas
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*Carmen María Castillo Porras es Trabajadora Social. Cuenta con Maestría en Trabajo Social, graduada de Washington University, St. Louis, Missouri. También es licenciada en Docencia Universitaria, grado obtenido en la Universidad de Costa Rica. Es ex-directora de la Escuela de Trabajo Social de dicha universidad, donde también ejerció la docencia por más de treinta años. Actualmente es docente jubilada.
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